Digamos que seguí el esquema "esperado por cualquier padre". Estudié Matemáticas en la universidad y pronto estaba trabajando en una gran empresa.
Siempre quise vivir fuera. Nunca me había ido de Erasmus y era una espinita clavada que tenía... Después de intentarlo por varios años y mandar miles de CVs por fín un día encontré trabajo fuera de España, en Amsterdam!!
Estaba muy emocionado. Wow vivir y trabajar en Amsterdam, que increíble… ¿Verdad?. Me fui a vivir allí y no todo fue un camino de rosas... Pero de repente vi que lo tenía todo
Viviendo en una ciudad increíble, con un gran trabajo, un gran sueldo, trabajando en remoto... fue un sueño hecho realidad. Era justo lo que había estado pidiendo durante años...
Pero finalmente llegó ese momento que había llegado en cada uno de los trabajos anteriores... Solo pensaba en que llegase el fin de semana, en irme de vacaciones, terminar el horario para hacer cosas que me gustasen... ¿Alguna vez has sentido que tu trabajo te estaba robando tu vida?
Ya no aguantaba más! Aunque había sido un sueño hecho realidad, sentía que estaba desperdiciando mi vida. Empecé a intentar monetizar mis pasiones o talentos. Pero, ¿Cuáles eran? Soy una persona que tiene muchos gustos y aficiones pero, ¿Cuál era mi mayor pasión? ¿Te has preguntado si podrías ganarte la vida con tu pasión? ¿Y si me iba mal? ¿Y si fracaso?
También me preguntaba. Si no soy feliz aquí, ¿Dónde lo sería? Siempre había soñado con coger un año sabático e irme a viajar el mundo y, ¡ahora era el momento perfecto! Dejé mi trabajo y me fui a viajar por Latinoamérica y ahí descubrí que podía sentirme en mi hogar aun estando tan lejos de "casa".
Latinoamérica me devolvió a la vida. Me dio sueños e ilusiones como nunca antes había tenido. Había renacido. Era una nueva persona.
De hecho fue justo ahí, justo antes de cruzar a Bolivia donde conocí a la segunda parte de la historia, Alejandra.
En mi viaje no solo descubrí que viajar me hacía feliz, Estaba en mi salsa... Me encantaba conectar con la gente, aprender las costumbres, la cultura, la gastronomía, la naturaleza... Y desde entonces se que hay otra vida que se puede vivir. Me descubrí a mi mismo, conecté con mi esencia. Ahora vivo viajando y qué mejor manera de ayudar a otros a hacerlo.